Dichosas y adorables criaturas

"Pero Alex, ¿porque te gustan tanto los gatos si son seres ariscos y desconfiados?" - me suele decir la gente. Yo les respondo que tienen razón, que los gatos odian a la humanidad por naturaleza.

Mirad, sé que suena complicado, pero en ese "odio" reside la belleza de un felino. Yo no quiero perros, porque no quiero tener a un esclavo en casa. Suena raro, pero lo que yo quiero es un animal de compañía que se piense que el esclavo soy yo (y tener que demostrarle diariamente que no es así). Porque después de mucho batallar con la arrogante criatura, ésta se da cuenta de que la casa donde duerme y su comida son propiedad tuya, y que tú deseas compartirlo con ella. Es aquí cuando te muestra su estima. Y una muestra de afecto de un gato vale millones de veces más que la de un sabueso. Porque el gato tan solo te demostrará afecto a ti, y solo a ti. Mientras que el perro andará olisqueando la bragueta de todo aquel que encuentre.
Mi gata mordía a todo aquel que la acariciaba, menos a mi. Por eso me encantaba.