Aunque merengues y culés decimos que no queremos hablar, se acaba hablando. Y así será al menos hasta la semana que viene. La gente dice estar decepcionada, y un poco aterrada por el potencial futbolístico que han demostrado los alemanes al mundo entero delante de nuestros queridos Barça y Madrid.
Pues bien, señores, ya era hora. Yo llevo decepcionado con España y aterrado con los alemanes desde que ando metido en el mundo económico. Me alegra, aunque muchos sigáis sin daros cuenta de lo que nos rodea, que hayáis experimentado una sensación similar a la mía.
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