Cuando salgo del cine siempre me pregunto si ha sido una buena inversión ir a ver la película. Indudablemente, con Django desencadenado lo fue. Quentin Tarantino vuelve a dejar huella con su peculiar manera para dirigir filmes.
El buen papel de Jamie Foxx (Django) y Christoph Waltz (el curioso personaje blanco) consiguen engancharte a la historia durante los 165 minutos que dura. Eso y los excelentes guiones. Como siempre, otro papelón de Leonardo DiCaprio con un personaje bastante diferente a lo que ha interpretado hasta ahora. Yo me sé de alguien que ya se va mereciendo el Oscar...
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